Monday, October 22, 2007

Recuperando a los angeles de los silencios de los niños floreciendo

Counting Crows
Recovering the Satellites.

10 años. Es lo primero que pienso hoy mientras hago girar este disquito de plastico por tercera vez. En vez de estar haciendo un estupido reporte para una empresa encargada de derroch…manejar nuestro oro negro, estoy escuchando el indiscutible mejor disco de los Counting Crows,

Y no, no trae a Mr. Jones. Ese es el segundo mejor disco. Los demas me suenan a rock para adulto contemporaneo (aunque tienen sus gemitas).

Este disco, con una estrella hecha con varilla, en tonos de verde apagado que muestran una vida apagada, pero constante. Un atardecer de un dia corto invernal. Como el dia cuando compre el disco. Estaba en un viaje por parte de la escuela y tuve la suerte de acompañar a una amiga a una tienda. En lo que la compañera de risa angelical se probaba ropa, yo platicaba con un amigo, cuando un nutritivo y poderoso feedback provenia de una televisión. La voz, melancolica y acelerada, me sonaba conocida. Los acordes, distorsionados con un estilo contundente, pero a la vez suave, me atraian.

Aun con la barba, reconocia esas trenzas estupidas pero chidas. Era Adam Duritz, el vocalista de los Counting Crows. La cancion, Angels of the Silences.

Le dije a mi amigo que le explicara a nuestra amiga porque desapareci. Sali corriendo de la tienda departamental al mall y entre a la tienda de discos mas cercana. La mercadotecnia habia funcionado. En mis manos ya tenia el codiciado disco, y para hacerle compañía, el Crash de Dave Matthews Band y otro disco mas que no voy a revelar cual es.

El resto del viaje transcurrio con mas detalles que explicare en otro mail pronto [No si yo puedo evitarlo- S. Duke], Regrese de ese viaje y devore los tres discos, siendo el mas repetido el de los Counting Crows. Cada cancion, tan diferente en alma sonica, tan parecida su fondo lirico. El disco no me cayo como anillo al dedo. No, a través de sus letras, mostraba distintas fascetas de la depresion, de la desilusion y del tener que juntar las piezas de tu corazon, tus esperanzas y tus sueños. Juntas esas piezas y vuelves a levantarte, a volver a una lucha.

Como dije, el disco no me cayo como anillo al dedo. No. Me represento. Yo pasaba por unos tiempos un tanto difíciles (representados en un librito que escribi…fin del anuncio barato) y el disco me saco adelante. Reprobe dos materias, me distancie de mis mejores amigos y senti que ya no me levantaria de eso.

Pero dos canciones de ese disco me sacaron adelante. Angels of the Silences y Recovering the Satellites. Creo que no vale la pena que discuta mas sobre la segunda, puesto que ya entendieron que con esa cancion pude recuperar mis piezas y salir adelante. Me enfocare en la primera.

Como les dije, Angels of the Silences fue amor a primera vista (oida, puesn). "Supongo que me dejaste con unas plumas en la mano" empieza a decir Duritz, mientras uno siente el corazon encogerse al pensar en ese "amor de tu vida" que se te fue (reciente o hace un buen ratito). O en la persona que dejaste que te usara. O en cualquier persona que te haya dañado. Una llaga que llevas en el corazon y que crees que ya curo, pero de tiempo en tiempo se vuelve a abrir y desbordar en dolor.

"¿Por qué me dejaste hasta que solo te sirvo para esperarte?" pregunta en la parte en que el verso y el coro se unen divinamente para hundirte en un sillón mientras ahorcas en tus manos la fotografia que tanto te daña.

"Todos mis pecados que dije que pagaria si pudiera regresar a ti". ¿Podria ella ver mas alla de tu mala fama? ¿Olvidar los rumores que tanto vuelan a tu alrededor, como buitres? ¿Podra uno mismo perdonarse de haber hecho algo que no consentirias que alguien mas hiciera?

"Toda mi inocencia se desperdicia en los muertos y en los sueños". Las esperanzas, los sueños, lo que tanto deseas. Todo destruido. Ya sea por personas que se entrometieron o por el quisquilloso y caprichoso dedo del destino. Todos tus satelites que enviaste a orbita, todos fallaron. ¿Qué haces? Darte por vencido o salir adelante.

Ya van dos terceras partes de la cancion. Y todo parece ser que nuestro protagonista se quedara dudando. Bajo una lluvia esperando sutilmente a ser plantado. Sentado en la playa, esperando a la persona que nunca llegara. Siempre esperando.

¿Qué sera de el?

Años después, en el Storytellers de VH1, Adam Duritz platico sobre la cancion. "Mi pregunta era: que tal si no todos los angeles son buenos? Que tal si solo son estos entes ambivalentes que nos observan y que pueden hacernos bien o mal?"

Si eso es cierto, la cancion nos habla de estar esperando un milagro. De estar esperando lo que nos sacara del hoyo. Y ese es el error que cometemos. Esperar que alguien mas tome la iniciativa y nos saque de la depresion.

Y es la genialidad de la cancion. Después de admitir que todo esto le esta haciendo daño y de repetir el coro, promulgando que sigue viviendo en esa espera, el ritmo cambia y como si fuera una especie de mantra, se repite varias veces "me voy". "Me voy hoy, me voy".

Salir adelante. Quizas por eso amo tanto esta cancion. Es admitir que te has equivocado. Que estas en el fondo de un pozo (probablemente por culpa propia). Darte cuenta que si tu te metiste al hoyo, tu puedes salir de el. Y salir de el.

Todos merecemos una segunda opinión. Todos merecemos una segunda oportunidad.

Monday, October 15, 2007

Tiempo y Marea (prologo)

Prólogo

¡Cómo cambia la vida en tan poco tiempo!
El tiempo, ah, condenado amigo que te sigue a todas partes y que
tarde o temprano te matará.
Recuerdo haber leído hace ya tantos años una frase. No soy afecto a
las frases y pienso que toda persona que las cita interminablemente es
por hacerse la interesante. Superfluosidades. Efemérides verbales que
son demasiado pegajosas como para realmente tener consecuencia y lo
suficientemente vanas para ser digeribles hasta por el más insensato.
Pero esta frase, en estos momentos con el cielo gris y esta lluvia
tan ligera que parece rocío matutino, vaya, esta frase jamás fue tan
útil y tan cierta.
"Tiempo y marea no esperan a ninguna persona".
Los últimos meses han sido locura. Parecía que todo había sido un
problema con el edificio.
"Daño estructural por el temblor del 85", dijo el ingeniero civil que
dio su dictamen en la corte.
¡Carape! Si hubiera sabido entonces lo que sé ahora. Pero los últimos
días me han demostrado que no se debe jugar con el tiempo.
La revista de "En Busca de RE:" ha terminado. A unos días de su
quinto aniversario, todo terminó. Quizás ya era tiempo. Al final sólo
estábamos Ahome, Homo Rodans, Sam y yo. No sabía entonces que había
sido de los demás y ahora quisiera no saberlo. Ni siquiera sé si mis
colaboradores más cercanos sigan vivos. No los he visto desde que ése
día fatídico. La falta de correos me hace esperar lo peor.
Enderezo el coche sobre la carretera. La manera de manejar de este
país es un tanto especial y si no me concentro, no sé que pasará. Hace
unos días todo parecía tan fácil, la solución era sencilla.
La escopeta seguía envuelta en la capa de gamuza. Su dueño no la necesitará.
Manejar en un día así, en el que el clima hace lo que quiere, te pone
en perspectiva. Somos víctimas del capricho de fuerzas ajenas a
nosotros. Siempre peones, nunca reyes.
Somos la basura flotando en la marea. Somos el retrato de Dorian
Gray, afeándonos con el tiempo.
Concéntrate, Saúl, concéntrate. Debes estar preparado para lo peor.
Esta es la salida de la carretera. De aquí al destino son 30 minutos
de bosque.
Una parte de mí quiere pensar que mis amigos y colaboradores están
bien. Que alcanzaron a huir de esta red siniestra que se tejió y
cernió sobre nosotros. Una doble trampa, desde afuera, como un cepo de
cazador y desde dentro, como un veneno fatal.
En todos mis años como editor, bromeando con mis colaboradores,
poniendo falsos obituarios, es ahora tan oscuro pensar que varios de
esos obituarios ahora serán reales.
Ya estoy llegando. Tres meses de perseguir al culpable de esto han
llegado a su fin. La lluvia despeja un poco y se vuelve otra vez la
brisa con viento que me ha perseguido desde que salí del puerto.
Abandoné el coche en la parte de la carretera bajo el cerro que ya ha
sido destruida por el paso del tiempo. Erosionada por el tiempo. Capas
de pavimento demuestran la ingenuidad (o inocencia) del hombre,
pensando que con múltiples capas de asfalto y grava, esta carretera
soportaría la fuerza de la naturaleza. Pero no.
Tiempo y marea. Ese par infernal, haciendo mella en mi cabeza.
Tomo la escopeta y la mochila de lona. Dejo un sobre en el asiento
de pasajeros, con la dirección del papá de Beto. Aunque revisen el
interior, no encontrarán mucho, sólo una hoja huérfana con las
palabras que Beto jamás quiso volver a ver.
Subo por la montaña o cerro, como quiera que se llame este accidente
de la naturaleza, la lluvia empieza a arreciar un poco y pequeños
arroyos se van crean por las laderas.
En la cima, veo una figura. Es él. No sé como lo sabe todo antes de
que pase, pero siempre parece estar un paso delante de nosotros.
¿Cuál fue el nombre que Parapas le puso? ¿Némesis?
Noto que me esta viendo desde la cima, pero no se mueve. El viento y
la lluvia parecen no afectarle, aunque este precariamente parado en un
risco en la cima. Me sigue esperando.
Pienso por un momento que es una estatua, pero no, los tenues
movimientos de la respiración lo delatan.
Termino de subir y mientras mi cuerpo sigue creando dolores, espasmos
y ácido láctico, sé que mañana no dolerán.
Porque sé que hoy acaba todo.
Me paro a unos metros de él, levanto la bolsa de lona, ahogada ya en
agua de lluvia, con una mano, mientras apunto la escopeta hacia la
bolsa con la otra.
"Dame una sola razón" digo casi entre dientes.
Él sólo se voltea sonriendo.
"¿Te dieron mi nombre ya?"
"Adversario. Parapas te llamó Adversario".
"¿Parapas?"
"Era abogado para "En busca de RE. La revista que tú destruiste".
Mi reclamo fue respondido con una risa fugaz y luego un resoplido.
"Cuéntame" dijo mientras volteaba, dando la espalda al precipicio,
"cuéntame cómo destruí la revista y a sus colaboradores. Cada vez se
pone disfruto más la historia".
Noté a lo lejos otro coche deteniéndose tras el mío. Dos personas
bajaron, pero no pudo identificarlos.
"¿Y bien? Estoy esperando".
La lluvia arreció. Pensé los nombres de toda la gente que colaboró
para "En busca de RE". Ahome en el cielo. Las Venusinas. Homo Rodans.
Alexander Von Milhouse. Manolo Vaza. Beto. Sam. Rafa. Ro. Anónimo
Vespucio. Parapas Napalas. La Inquisición española. Danny Denny.
Rafael Lucas. Nitrito Balbuena Secante. Nadia. Montse Erga. Algunos muertos, otros desaparecidos. Al final, estoy sólo y frente a la persona que destruyó la revista que edité.
"¿Quién causó esto?"
Dejé de apuntar la bolsa y ahora le apunté a él. Pensé en jalar el
gatillo, pero esperé algo, un discurso, una explicación, lo que sea.
Nada.
La lluvia pasó otra vez a brisa, y a lo lejos, escuché el tañer de una
campana de iglesia, acompañada del ruido de las olas rompiendo contra
un risco.